Historia
En la época nazarí, (dinastía musulmana que dominó el Reino de Granada desde 1238 hasta el 2 de Enero de 1492) existían en Al-Andalus una serie de familias o clanes, que se enfrentaban unas con otras, una de estas familias eran los Abencerrajes.
Aixa era la esposa del rey musulmán Abu-I-Hasan Alí, conocido como Muley Hacen, sobrina de Muhammad IX y madre de Boabdil el Chico. En el harén existía una cautiva cristiana llamada Isabel de Solís, que era hija del Alcalde de Martos, el rey se enamoró y convertida al Islam se casó con ella y tuvieron dos hijos, repudiando de esta forma a Aixa. Esta situación era considerada por los Abencerrajes como un ultraje a Aixa, intentaron derrocar al monarca y a sustituirlo por su hermano Muhammad ibn Saad al Zagal, pero la conjura fracasa en 1470, gracias a la astucia del rey, quien logra la obediencia y sumisión de su hermano. Como consecuencia, una terrible represión de Muley Hacen, diezma a la familia Abencerraje, según escritos, fueron asesinados en esta sala y que por ello lleva su nombre. El resto de la familia de los Abencerrajes huyeron a Castilla. Fue la más trágica historia ocurrida dentro de este lugar. El hecho tiene todas las características de la verdad y la fidelidad histórica. El reinado de Muley Hacen responsable de haber provocado el declive de la dinastía nazarí, fue cruel y violento, hasta el punto de que Aixa temiera por la vida de su hijo Muhammad XII, llamado Boabdil el Chico. Pasado el tiempo en rey Muley Hacen, abdicó en su hermano Al-Zagal, y se retiró al exilio con su esposa y sus dos hijos. Existen muchas leyendas relacionadas con este rey y estos hechos, de forma, que en parte se mezcla lo real con la imaginación.
En la fuente que se encuentra en el centro de esta sala, aparecen unas manchas, que según la leyenda, se deben a la sangre derramada por los Abencerrajes, cuando fueron ejecutados en ella.
La Sala
Se encuentra en el recinto monumental de la Alhambra de Granada, concretamente pertenece a una de las salas del famoso Patio de Los Leones.
Aixa era la esposa del rey musulmán Abu-I-Hasan Alí, conocido como Muley Hacen, sobrina de Muhammad IX y madre de Boabdil el Chico. En el harén existía una cautiva cristiana llamada Isabel de Solís, que era hija del Alcalde de Martos, el rey se enamoró y convertida al Islam se casó con ella y tuvieron dos hijos, repudiando de esta forma a Aixa. Esta situación era considerada por los Abencerrajes como un ultraje a Aixa, intentaron derrocar al monarca y a sustituirlo por su hermano Muhammad ibn Saad al Zagal, pero la conjura fracasa en 1470, gracias a la astucia del rey, quien logra la obediencia y sumisión de su hermano. Como consecuencia, una terrible represión de Muley Hacen, diezma a la familia Abencerraje, según escritos, fueron asesinados en esta sala y que por ello lleva su nombre. El resto de la familia de los Abencerrajes huyeron a Castilla. Fue la más trágica historia ocurrida dentro de este lugar. El hecho tiene todas las características de la verdad y la fidelidad histórica. El reinado de Muley Hacen responsable de haber provocado el declive de la dinastía nazarí, fue cruel y violento, hasta el punto de que Aixa temiera por la vida de su hijo Muhammad XII, llamado Boabdil el Chico. Pasado el tiempo en rey Muley Hacen, abdicó en su hermano Al-Zagal, y se retiró al exilio con su esposa y sus dos hijos. Existen muchas leyendas relacionadas con este rey y estos hechos, de forma, que en parte se mezcla lo real con la imaginación.
En la fuente que se encuentra en el centro de esta sala, aparecen unas manchas, que según la leyenda, se deben a la sangre derramada por los Abencerrajes, cuando fueron ejecutados en ella.
La Sala
Se encuentra en el recinto monumental de la Alhambra de Granada, concretamente pertenece a una de las salas del famoso Patio de Los Leones.
Al entrar en ella nos encontramos con dos arcos separados por un corredor que comunica con el piso alto. La fuente se encuentra en el centro de la sala principal, que consta de un carrilito por donde pasa el agua hasta desembocar en la misma fuente del Patio de Los Leones. Esta sala tiene en sus partes laterales dos alcobas, que se accede a ellas bajo unos bellos arcos, las columnas donde se apoyan son cilíndricas y las rematan unos capiteles policromados en azul. En todo el conjunto tanto en los muros como en el intradós de todos los arcos está ricamente decorado con elementos de lacería, ataurique y temas epigráficos del Corán. Se caracteriza por tener una impresionante bóveda adornada con mocárabes, (los mocárabes son prismas yuxtapuestos de yeso, uno al lado del otro, que parecen estalactitas) y por ser una de las más bellas de este estilo, sus yeserías penden del techo de forma que parece una inmensa estrella que tenemos encima de nuestras cabezas, todavía conserva parte de la preciosa policromía primitiva que la decoraba. Le dan empuje a esta bóveda ocho pechinas también de mocárabes. Entre las pechinas y la cúpula existen unas ventanas que dejan pasar una suave luz, dándole un aspecto mágico.
Nota
Cuando yo era una niña, solía venir a este lugar acompañada de mi padre, podía entrar y salir de esta estancia a mi antojo y jugar con el agua de la fuente con total holgura, de manera que parecía estar dentro de mi propia casa, en aquella época, los visitantes de este precioso palacio eran pocos, algunas veces no había ninguno, pero actualmente es muy distinto, hay tantas personas visitando este monumento, que para entrar en esta sala, hay que pasar al interior en fila, y circundando la fuente, sin poder hablar, para que no haya desprendimientos del impresionante techo de mocárabes, (por las vibraciones del sonido), y saliendo igualmente en fila por el lado opuesto de la puerta de entrada. No obstante se puede apreciar la belleza que la caracteriza de igual manera. Cuando la fuente tiene agua, y se ponen unas gafas sobre ésta se refleja en los cristales la bóveda del techo, su tamaño aparece reducido en el cristal. Recomiendo a toda persona que lea este escrito, a venir a la ciudad de Granada, para que puedan ver esta maravilla. Merece la pena.
Cuando yo era una niña, solía venir a este lugar acompañada de mi padre, podía entrar y salir de esta estancia a mi antojo y jugar con el agua de la fuente con total holgura, de manera que parecía estar dentro de mi propia casa, en aquella época, los visitantes de este precioso palacio eran pocos, algunas veces no había ninguno, pero actualmente es muy distinto, hay tantas personas visitando este monumento, que para entrar en esta sala, hay que pasar al interior en fila, y circundando la fuente, sin poder hablar, para que no haya desprendimientos del impresionante techo de mocárabes, (por las vibraciones del sonido), y saliendo igualmente en fila por el lado opuesto de la puerta de entrada. No obstante se puede apreciar la belleza que la caracteriza de igual manera. Cuando la fuente tiene agua, y se ponen unas gafas sobre ésta se refleja en los cristales la bóveda del techo, su tamaño aparece reducido en el cristal. Recomiendo a toda persona que lea este escrito, a venir a la ciudad de Granada, para que puedan ver esta maravilla. Merece la pena.
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